10 julio 2006

Aquellos maravillosos años

Charla "Videojuegos en España, de la máquina al vagón de cola" impartida por Pep Sánchez, de la revista Meristation
Aunque es por todos conocida la situación de estancamiento en que se encuentra la industria española de los videojuegos, pocos recuerdan que existió una época dorada (allá por la década de los 80) en la que un par de jóvenes autodidactas podían currarse un juego decente -para los baremos de aquel entonces- con unos medios realmente precarios. Era la época de las las máquinas Atari, de las cintas magnéticas, de las paletas de 4 colores... un terreno abonado para que apareciesen geniecillos que, gracias a su conocimiento total del hardware (algo impensable hoy en día), fueron capaces de crear verdaderas maravillas lúdicas cuya esencia aún perdura.
Pero aquel momento de esplendor terminó. La mayoría culpa del desastre a unos niveles piratería brutales (en torno al 95%), pero lo cierto es que cuando terminó aquel periodo de estabilidad tecnológica y empezaron a aparecer los ordenadores/consolas de 16 bits, pocos supieron adaptarse a los nuevos tiempos y entre la baja formación, el nulo apoyo de la administración y la escisión hasta el infinito de los pocos estudios decentes, la cosa acabó como acabó, con un mercado muerto en el que nadie invertía un duro.
Desde entonces la cosa se ha mantenido más o menos igual, con algún éxito esporádico (el mítico Commandos), pero poco más. ¿Y el futuro?, pues más de lo mismo pero peor, porque "si ya es difícil conseguir 10 personas con buena formación y un millón de euros, será MUCHO más complicado conseguir los 100 profesionales y los 10 millones que requiere un proyecto Next-Gen".
Por ahora, la única solución pasa por encontrar la manera de fomentar esta industria entre la administración, ya que en ese círculo todavía se ve al videojuego como una forma de ocio marginal e infantil. Una vez conseguido el apoyo de la administración, la aceptación social de esta industria subiría muchos enteros, y la formación profesional y el apoyo económico sería mucho más sencillo de encontrar.